El equipo italiano logró una importante victoria en Champions ante un Real Madrid que visibilizó todas sus carencias
Real Madrid y AC Milan se citaban en Champions League después de 14 años. El partido que reunía a los dos equipos más exitosos de la competición comenzó con un emotivo homenaje por parte de ambos equipos en memoria de las víctimas y afectados por la DANA. Se desplegó una enorme bandera de la Comunidad Valenciana en uno de los laterales del estadio mientras sonaba el himno de la Comunidad Valenciana, la grada de animación expuso una pancarta con el lema “Valencia somos todos” y ambos equipos saltaron al terreno de juego con camisetas con el mensaje “Todos somos Valencia” “Siamo tutti Valencia”.
Una vez el colegiado dio comienzo al partido, no tardaría mucho en repetirse el guion del último partido de Champions del Real Madrid. En el minuto 12, un gran centro desde el córner de Christian Pulisic era rematado en el primer palo por Thiaw para poner el 0-1 en el marcador. Una vez más le tocaba remontar al equipo de Carlo Ancelotti.
Pudo empatar en los siguientes 2 minutos el equipo blanco si no hubiera aparecido Maignan para despejar el disparo de Kilyan Mbappé tras zafarse de Thiaw. Seguía presionando muy arriba el Real Madrid y recuperando rápido la posesión, a pesar de la línea de 5 defensas que planteaba el entrenador del AC Milan, Paulo Fonseca, con Emerson como central y Musah de carrilero.
Sin embargo, una de las grandes cualidades del equipo madridista es la calidad individual de sus jugadores de ataque, que hace muy difícil el trabajo a cualquier retaguardia. Una gran combinación entre Vinicius y Bellingham acabó con el brasileño siendo derribado dentro del área por su compatriota Emerson, en un penalti muy discutido por el equipo italiano. El 7 del equipo blanco asumió la responsabilidad y no se puso nervioso para engañar a Maignan y poner el empate en el electrónico.
Lunin, inédito hasta ese momento, tuvo que intervenir a la media hora de partido hasta en dos ocasiones para evitar que el Milan volviera a adelantarse. Primero ante un fortísimo disparo de Leao desde la frontal y después en una salida muy valiente para evitar el remate de Thiaw.
Leao y Reijnders pusieron de manifiesto las carencias madridistas
Ambas ocasiones eran solo un anticipo de lo que estaba por venir. El Milan seguía combinando a su antojo en campo del Real Madrid y parecía que el gol milanista era cuestión de tiempo. Corría el minuto 38 cuando una pérdida en el centro del campo de Tchouaméni era aprovechada por Pulisic para filtrar un excelente pase a Leao, que se revolvía ante Militao y conectaba un gran disparo. Gran parada de Lunin pero en el rechace aparecía Morata para marcar a placer ante la pasividad de la defensa blanca.
Pudo empatar de nuevo Mbappe tras un contraataque fugaz pero el portero francés del Milan volvió a ganarle la partida y sacó un pie milagroso para evitar el tanto madridista. Llegó el descanso y los pitos se apoderaron de la grada del Santiago Bernabéu.
Ancelotti trató de darle un nuevo aire al equipo con un doble cambio al descanso. Se quedaban en el vestuario Tchouaméni y Valverde y entraban Camavinga y Brahim. A pesar de unos buenos primeros minutos tras la reanudación, el Milan volvió a hacerse con la pelota y a llevar peligro a la meta de Lunin, que tuvo que volver a vestirse de héroe para salvar a su equipo en el minuto 52 tras un gran remate de cabeza de Rafael Leao. Las pérdidas del Real Madrid eran constantes y las contras de la escuadra italiana avisaban de lo que estaba por venir. El equipo estaba completamente roto y ya no lograba arrebatarle la pelota al conjunto visitante, mientras todos los jugadores se miraban unos a otros en busca de respuestas.
Entró Ceballos por Modric pero nada cambió en el equipo madridista. El Milan esperaba su oportunidad para cerrar el partido y ahí apareció Reijnders. Después de 70 minutos dando un clínic sobre cómo dominar el centro del campo, el medio holandés se deshizo de la oposición local, combinó con Rafa Leao, el portugués dejó sentado a Lucas y puso un balón ideal para que Reijnders batiera a Lunin y cerrara el partido. Lo siguió intentando el equipo blanco con más corazón que juego y Rudiger pudo acortar diferencias en el minuto 82, pero su gol fue anulado por fuera de juego posicional de Rodrygo, que había salido minutos antes sustituyendo a Bellingham. El Milan siguió defendiendo y saliendo con mucho peligro a la contra. En los minutos finales, solo un remate a bocajarro de Brahim inquietó a Maignan, muy acertado durante todo el encuentro.
Nueva derrota abultada en el Bernabéu del Real Madrid tras la debacle ante el FC Barcelona en el Clásico y la clasificación directa a la siguiente fase de la Champions League que se complica sobremanera para el conjunto madrileño.
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