Los goles de Brahim y Rodrygo dan la victoria a un Real Madrid que supo cómo jugar al Atlético y que no se dejó sorprender por los de Simeone. La eliminatoria se decidirá en el Metropolitano.
La profecía que lanzó Carlo Ancelotti en la rueda de prensa previa al partido, nada arriesgada por otra parte, se cumplirá. La eliminatoria de octavos de final entre Real Madrid y Atlético se decidirá en el Metropolitano. Los madridistas marcaron un gol al inicio de cada una de las partes que les sirve para ir con ventaja a casa del Atlético. El gol de Julián Álvarez, por su lado, puede valer mucho para las opciones de los de Simeone de meterse en la siguiente fase.
El Santiago Bernabéu se vestía con sus mejores galas para congregar un derbi madrileño en Champions por primera vez en siete temporadas. Espectacular ambiente y mosaico antes de arrancar el encuentro, premonición inequívoca de lo que estaba por venir.
El Atlético, como era de esperar, no engañó a nadie con su planteamiento. Bloque bajo muy marcado y esperando atrás para robar y salir a la contra. Lo que no se esperaba Simeone es un golpe tan tempranero de su rival. Corría solamente el minuto 4 en el electrónico cuando Valverde empezaba a encontrar grietas en la defensa colchonera. Y esa grieta tenía nombre y apellidos: Javi Galán. Un pase profundo del uruguayo encontraba como destinatario a Rodrygo, el brasileño se marchaba por velocidad con mucha facilidad del lateral español, se metía dentro del área y conectaba un zurdazo imposible para Jan Oblak. Golazo y delirio en el coliseo blanco.
El Real Madrid quiso aprovechar el impulso inicial para seguir creando ocasiones y Brahim completaba unos primeros 15 minutos de muchos quilates, siendo encontrado por todos su compañeros y generando mucha incertidumbre en la zaga rojiblanca. Sin embargo, tal y como pasó en el duelo de La Liga de hace unas semanas, el Atleti resistió la embestida y empezó a sentirse cómodo sobre el césped.
El bloque de Simeone empezaba a recuperar balones en posiciones más peligrosas y llevaba peligro a la meta de Courtois. Primero con un centro por la banda derecha de Simeone al que tenía llegar providencial Valverde para evitar el gol de Lino. Solo 6 minutos después de esa jugada llegaría el segundo golazo de museo de la noche. Julián Álvarez, el hombre más determinante del Atlético en estos momentos, se hacía con un balón en la parte izquierda del ataque, se metía dentro del área y sin necesidad de mirar siquiera a la portería, lanzaba un derechazo que hacía que el balón cogiera un rosca imposible para el meta belga. GOLAZO, así, con mayúsculas.
Brahim obtiene recompensa a su partidazo
La segunda mitad arrancó algo diferente a como comenzó el partido, ya que era el Atlético el que parecía sentirse más cómodo, con un Real Madrid que esperaba atrás y desesperaba a su hinchada. El más clarividente de la primera mitad en los blancos, Brahim Díaz, era el único que lo seguía intentando buscando el gol que desequilibrara la igualdad. Y encontró premio. El malagueño es de esos jugadores especiales, de los que vale la pena pagar una entrada por verle. Así lo demostró en el minuto 55, cuando arrancó desde la parte izquierda del ataque, caracoleó para dejar sentados a tres defensas del Atlético y disparó con pierna derecha para llevar el delirio a la parroquia blanca.
A partir de ese momento, el partido se congeló. A los dos entrenadores les parecía un resultado aceptable y el ‘Cholo’ lo demostró sacando a Griezmann para meter a Le Normand. Declaración de intenciones en toda regla. Con el cloroformo que le impusieron al choque los dos técnicos llegamos al final del partido con ese 2-1 que deja todo abierto para la vuelta.
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